Esta película alemana dirigida por Edward Berger retoma la novela antibélica de Erich Maria Remarche que ya había sido llevada al cine de manera brillante en 1930. Nuevamente compite por el Oscar.
Por Nicolás Bianchi
Casi un siglo pasó desde el estreno de la primera versión de este film, que en alemán se llama In Westen nichts Neues. En aquel entonces, en la época que más tarde sería nominada como de entreguerras, la película fue dirigida por el estadounidense Lewis Milestone y producida por Universal. Además, los soldados alemanes, como el resto de los personajes, hablaban en inglés.
En cambio, en la versión de 2022 la principal compañía productora es alemana, al igual que el director y la mayoría de los actores. A su vez, el estreno oficial a nivel global fue en la plataforma Netflix. El relato nuevamente sigue a un grupo de jóvenes alemanes. Algunos de ellos son conscriptos al ejército mientras que otros se anotan voluntariamente. En cualquier caso, están convencidos de que van a pelear por la patria y a triunfar.
Lo que se encuentran en las trincheras en las que sucedió buena parte de este episodio bélico es bien diferente. Sus superiores los envían literalmente a una muerte muy probable una y otra vez. Una de las mejores secuencias de esta película es la inicial. Un joven llamado Heidrich ve morir a varios de sus compañeros o amigos a centímetros de él. Finalmente, en un estado de colapso mental, arremete a ciegas contra los enemigos.
Su ropa, después de ser lavada, es recibida por el protagonista de esta versión, Paul (Felix Kammerer), que, como sus demás compañeros, todavía no sabe lo que le espera. Luego de este momento inicial la película funciona de manera un tanto mecánica. Hay escenas de acción y otras en las que los personajes descansan, siempre bajo la amenaza de tener que entrar nuevamente en combate.
All Quiet on the Western Front es visualmente espectacular y contiene algunos planos más que interesantes. Ahora bien, no presenta ningún tipo de innovación como otras películas del género como Saving Private Ryan (1998) o 1917 (2019). En otras palabras, lo que se ve está muy bien pero ya se ha visto. Además, el mensaje es mucho más difuso y menos potente que en su versión del siglo XX.
Hablar en contra de la guerra en 1930 era tocar un tema candente. Hoy en día, el consenso en Occidente contra la avanzada rusa en Ucrania es mucho más amplio que en aquel entonces. Por lo tanto, lo que antes podía ser relevador o polémico actualmente es, apenas, políticamente correcto.
Por último, es muy probable que esta versión de All Quiet in the Western Front gane, al menos, la estatuilla del Oscar en la categoría de mejor película extranjera, en detrimento de Argentina, 1985 (2022). Esta presunción se apoya en que este film ha recibido varias nominaciones y figura en la terna de mejor película no extranjera, o sea que ya ha sido mejor valorada que sus compañeras de otras latitudes. Quizás Hollywood busque valorar un homenaje correcto, y sin embargo menor, a una de sus obras maestras.
Está disponible en Netflix. Contacto: elegolocine@gmail.com
Reseñas de cine 