Argentina, 1985 (2022): a veces la historia la hacen los tipos comunes

La película recrea el Juicio a las Juntas, un proceso inédito a nivel mundial en el que la justicia civil juzgó a los integrantes de una dictadura militar. Dirigida por Santiago Mitre y coescrita por Mariano Llinás. Producida por Axel Kuschevatzky y Victoria Alonso, entre otros.

Por Nicolás Bianchi

Argentina, 1985 combina dos vocaciones distintas. La primera es contar un hecho muy relevante de la historia reciente de este país, por lo que el film adquiere, por momentos, un tono documental. En este sentido, el elenco de actores elegido para la película presenta notables similitudes físicas con los personajes que representan. Además, en algunas escenas, sobre todo durante los testimonios y alegatos que conformaron el juicio, las declaraciones se respetan al pie de la letra.

Ahora bien, esta faceta se mezcla con la construcción de una drama judicial tenso en el que también hay mucho espacio para el humor. Para descontracturar y entretener, el film cuenta con muy buenos personajes secundarios como Silvia (Alejandra Flechner), la mujer del fiscal Strassera (Ricardo Darín), y varios de los jóvenes que integraron el equipo de la fiscalía durante la investigación y producción de las pruebas. Además, para sumar incertidumbre se usa inteligentemente al personaje ficticio llamado Bruzzo (Gabriel Fernández), un operador político del gobierno nacional que presiona aún más a los fiscales y transmite los ambivalentes deseos de sus superiores.

Los fiscales con las Madres de Plaza de Mayo.

Ambas caras de la película están muy bien intercaladas. El humor sirve para poder metabolizar la carga de los testimonios más crudos de las víctimas de la represión. En este campo destaca el trabajo actoral de Laura Paredes como Adriana Calvo de Laborde, que contó ante el tribunal como fue torturada y obligada a dar a luz dentro de un auto de la policía.

En el plano argumental, Argentina, 1985 cuenta la épica de dos hombres comunes que se encontraron ante un caso de dimensiones históricas. Strassera era un funcionario judicial de vida gris, que durante buena parte de la película se presenta atemorizado y dubitativo. Cuando triunfa, su esposa lo considera como un héroe. En el mismo sentido, su hijo también lo felicita al decirle que él metió preso a un monstruo como el genocida Jorge Videla. Gente común entre gente común.

Laura Paredes como Adriana Calvo de Laborde.

Lo mismo sucede con el personaje de Luis Moreno Ocampo (brillante interpretación de Peter Lanzani), presentado como un joven e inexperto abogado perteneciente a un círculo social que todavía defiende a los militares. De hecho, la principal crítica de la película no es contra la alta burguesía o la oligarquía del momento, siempre en sintonía con las dictaduras del siglo XX en Argentina, sino para la clase media que apoyó de distintas maneras esos procesos sanguinarios. Una parte de este grupo social está representado por la madre de Moreno Ocampo, una señora que no es millonaria pero que va a la misma iglesia que Videla y se codea con funcionarios eclesiásticos y militares.

Por último, se trata de una producción fastuosa para lo que es habitual en el cine argentino, por lo que no sorprende que esta película sea la elegida para representar al país en los Oscar. Las anteriores ganadoras de industria nacional, La historia oficial (1986) y El secreto de sus ojos (2010), también contaron historias vinculadas a la dictadura que gobernó al país entre 1976 y 1983. Al parecer, esta es la temática argentina que la academia hollywoodense encuentra atractiva.

Afiche de la película (2022).

Está disponible en Amazon Prime Video. Contacto: elgolocine@gmail.com

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