Un drama que pone al sacerdocio moralmente por encima del resto de la sociedad

Going my way (1944), dirigida por Leo McCarey y protagonizada por el cantante Bing Crosby, sitúa a los hombres de religión como los faros de un conjunto de personajes con dobleces. A los ojos de hoy es un muy anodino drama musical. Ganó el Oscar a mejor película.

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