Un chiste viejo

Annie Hall (1977), dirigida, escrita y protagonizada por Woody Allen, es una comedia que gira en torno a una relación amorosa fallida, en buena medida por las limitaciones psicológicas del protagonista. Se trata de una obra que acusa negativamente el paso del tiempo. Ganó el Oscar a mejor película.

Por Nicolás Bianchi

Es tan injusto como inevitable considerar a una obra desde la actualidad. El presente es una cárcel que se puede disimular pero desde la que no se puede escapar. Dentro del estudio histórico del cine resulta inasible lo que las películas generan en el público. Ni siquiera hoy sería fácil realizar una investigación sobre lo que agrada, disgusta o emociona a una audiencia de una historia en pantalla grande a nivel masivo. Mucho menos factible es intentarlo en plan retrospectivo.

Lo que quedan son los testimonios escritos, en los que en este caso hay, con matices, una coincidencia. Annie Hall es un film entre muy bueno y genial, con más o menos énfasis pero siempre dentro de un espectro positivo de opiniones. A 45 años de su estreno la consideración nos resulta inexorablemente distinta. La película resulta redundante, pesada, exageradamente centrada en el ego de su creador.

Annie Hall, la muchacha ingenua.

Alvy Singer es el personaje que como, en gran parte de la obra del autor, hace el papel de Woody Allen. Se trata de un cómico en ascenso que empieza a gozar de cierta fama luego de algunas apariciones televisivas pero que mientras tanto no consigue una vida amorosa plenamente exitosa. El film comienza con Allen hablando a cámara, como si fuera un fragmento de un stand up, en el que plantea que quizás su problema se deba a aquello que Groucho Marx expresaba tan bien: “Nunca sería socio de un club que me tenga a mi como miembro”.

La idea se reitera y envuelve a todo el film. El club sería una pareja estable y una vida sexual plena, mientras que el miembro que se rehúsa a ser aceptado es el protagonista. En principio quien se rechaza a sí mismo es el propio Alvy Singer, quien siempre encuentra algún mínimo detalle que le permita desatar su neurosis para estropear citas, cenas o encuentros en la cama.

Shelley Duvall interpreta a otra de las parejas circunstanciales con las que el protagonista también fracasó.

Annie Hall, interpretada por Diane Keaton, es una cantante que proviene de un pueblo pequeño y está buscando su lugar en la gran ciudad. Entre ingenua y torpe, el personaje no logra conectar del todo con Alvy luego del flechazo inicial, pero la película nunca permite conocer más de ella porque se centra constantemente en los retorcidos padecimientos de su creador.

Si bien giran siempre sobre el mismo tema, o sea la relación de Alvy con las mujeres, las escenas no están del todo hiladas y funcionan más como números de comedia individuales. Son dispares. Un buen chiste con Marshall McLuhan, en la que Allen una vez más hace gala de sus saberes intelectuales, es seguido por otros números más simplones y previsibles. Más allá de lo que hoy no sería del todo aceptable, como chistes sobre violaciones, estereotipos femeninos y otras cuestiones, Annie Hall luce, en su integridad, como un chiste viejo.

Afiche de la película (1977).

Está disponible en múltiples plataformas (Google Play, iTunes, entre otras). Contacto: elgolocine@gmail.com.

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