La naturaleza contraataca

Gaia (2021) es una película de terror fantástico sudafricana, dirigida por Jaco Bouwer, en la que dos guardabosques quedan atrapados en una selva en la que habitan otras criaturas, además de la flora y la fauna. A pesar de algunas imperfecciones resulta intrigante narrativa y visualmente.

Por Nicolás Bianchi

La película parte de la idea de que los mundos del hombre y la naturaleza se encuentran cada vez más lejos el uno del otro. Los personajes con los que inicia el film, dos guardaparques, son extranjeros con drones y teléfonos celulares en un bosque selvático, un lugar que les es hostil. Ya pasó mucho tiempo desde que el hombre comenzó a destruir el medio ambiente y, al parecer, llegó el tiempo de ajustar cuentas.

Gabi (Monique Rockman) y Winston (Anthony Oseyemi) son las dos personas que provienen, en términos de la película, del mundo del hombre. Cuando se encuentran en una recorrida que luce de rutina, un drone que utilizaban para tomar fotografías aéreas se pierde en el bosque, al que ingresan para buscarlo. La película fue filmada en el parque nacional Tsitsikamma, en la costa sur de Sudáfrica. El lugar provee un entorno de forestación densa que es retratado por Bouwer como un ambiente cargado y peligroso, porque hay algo que vive allí y está al acecho.

Dos personas ‘del mundo del hombre’ se adentran en el bosque selvático.

Gabi es atrapada por dos hombres, que son padre e hijo. Barend (Caren Nel) y el joven Stefan (Alek van Dyk) viven en el bosque sin contacto con el exterior. Son autosuficientes y su vida es austera. Además, saben qué es lo que allí sucede. Gabi, que en principio necesita de la asistencia de ambos porque resultó herida por accidente, comenzará a comprender de a poco qué fuerzas están en movimiento en la selva.

En principio la película es un relato sobre alguien que queda atrapado en un lugar (en este caso un bosque que se presenta hostil) y busca cómo salir, pero pronto abandona esa línea porque Gabi se compenetra con los otros dos personajes, mientras su compañero Winston está desaparecido, y se interesa cada vez más por la situación que se desarrolla en el bosque. Gaia es imperfecta pero intrigante y en su desarrollo da cuenta de una búsqueda original tanto en su trama como en su despliegue visual.

Padre e hijo constituyen una pequeña secta de adoradores de Gaia.

En tiempos de pandemia el relato inevitablemente rebota contra esa realidad, ya que lo monstruoso es algo que proviene de las entrañas de la selva, que se entiende como lo más profundo y puro de la naturaleza. Se menciona también la posibilidad de una venganza por parte de una entidad superior, a la que Barend y su hijo siguen con devoción. De forma microscópica padre e hijo constituyen una muy pequeña secta, que es otro elemento del cine de terror que está presente en el film.

En Gaia funciona mejor lo sobrenatural, o sea la lógica que se construye sobre lo que sucede en la selva, que las motivaciones de los humanos. La frontera entre lo onírico, lo real y lo que puede ser alucinado, en un sitio en el que hay todo tipo de hongos con mucha actividad, resulta más atractivo desde el punto de vista visual que desde el narrativo. Más allá de alguna confusión o torpeza en su desarrollo, Gaia es una película viva como las raíces, las esporas y los organismos de ese bosque que busca una improbable venganza contra el hombre.

Afiche de la película (2021).

Está disponible online. Contacto: elgolocine@gmail.com.

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