El mal adopta diferentes formas

The witch (2015) es una extraordinaria película de terror, con un componente de drama familiar, ambientada en Nueva Inglaterra en el siglo XVII. Fue la primera obra de Robert Eggers, que comenzó una carrera como autor, y el debut de Anya Taylor-Joy en el cine.

Por Nicolás Bianchi

Detrás de la realización de The witch hubo un trabajo de investigación que resultó en una película que utiliza fuentes históricas, a partir de las que construye escenas y diálogos. El relato que propone el film es folclórico ya que recrea no solo una época sino también las fantasías, leyendas y creencias que en ella circundaban. Los puritanos ingleses, luego de cruzar el Océano Atlántico, se enfrentan a la naturaleza y las duras condiciones de vida de Nueva Inglaterra. En sus bosques, además, residen los miedos, los monstruos, las brujas.

La primera secuencia de la película presenta al personaje principal y su circunstancia. El film abre con un primer plano de Thomasin (Anya Taylor-Joy), una joven entre el fin de la pubertad y el comienzo de la adolescencia que observa, algo azorada, como su familia es sometida a un juicio religioso. Su padre, a quien la cámara todavía no enfoca, discute con un juez y decide dejar la colonia para establecerse por su cuenta en un asentamiento en un claro en medio del bosque.

La familia, el claro y el bosque, en oposición a los personajes.

Lla familia de Thomasin establece una cabaña, algunas plantaciones y unos corrales para contener a sus animales. El lenguaje que hablan el padre William (Ralph Ineson) y la madre Katherine (Kate Dickie) está atravesado por la religión. Si las cosechas fallan o prosperan habrá algo de obra divina en ello, lo que se puede aplicar a cualquier aspecto de la vida. Cuando todavía todo es nuevo, y sin que Thomasin ni los espectadores estén al tanto, la película comienza a introducir al otro personaje central, la bruja.

En el límite con el bosque Thomasin juega con su hermano menor, un bebé recién nacido, que desaparece prácticamente frente a sus ojos. Algo se mueve camino al bosque, o al menos eso parece. The witch es sumamente económica en el despliegue del personaje de la bruja. Hay sugerencias y detalles que alientan la construcción del terror, más que en la pantalla, en la mente de quienes ven la película.

A partir de la desaparición del bebé, Thomasin y su familia comienzan a caer por un tobogán de infortunios. El hermano menor Caleb (Harvey Scrimshaw), arrebatado por sus primeros impulsos juveniles, se adentra en una peligrosa misión para buscar comida. Los pequeños gemelos Jonas y Mercy, revoltosos e insoportables, aseguran que mantienen un diálogo fluido con la cabra Black Phillip, un animal que Eggers hace lucir como un demonio, sin más trucos que el montaje y la fotografía, ambos puntos salientes del film.

Una cabra que luce como un demonio.

El mal adopta diferentes formas, no solo en el bosque sino también en el hogar donde Thomasin es usada por su padre para encubrir sus fracasos y culpada por su madre de los trastornos que los aquejan. La joven, también impulsada en un espiral descendente, es tanto víctima del fracaso de su familia como de las relaciones que se construyeron en su hogar. Por eso es que si esa cabra negra realmente habla quizás para Thomasin valga la pena escucharla.

The witch es un drama familiar y por momentos un relato fantástico al estilo de Hansel & Gretel pero para adultos, aunque lo que en definitiva se concreta es una gran película de terror que transcurre en una atmósfera opresiva e incómoda. La primera película de Eggers, aunque es temprano para considerarla un clásico, es de esas obras que quedarán en la historia del género.

Afiche de la película (2015).

La película se consigue aquí, con estos subtítulos.

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