Un caballero inglés siempre toma una apuesta en serio

Basada en el clásico de Julio Verne, Around the world in 80 days (1956) fue la adaptación cinematográfica de la novela que ganó el Oscar a mejor película. Dirigida por Michael Anderson y producida por Michael Todd, contó con un elenco estelar. El mundo visto a través de los ojos de un lord inglés del siglo XIX.

Por Nicolás Bianchi

Julio Verne escribió la historia original en la que está basada Around the world in 80 days en el mismo año de su publicación, 1872, cuando también transcurre el relato que fue adelantado por entregas en el diario Le Temps de París. La versión cinematográfica de Hollywood vuelca el tono de las aventuras por completo hacia la comedia. En su obra Verne parodiaba el ser inglés mediante el despliegue de personajes que se comportaban con una caballerosidad exagerada y ridícula, lo que en cierta medida se conserva en la película.

Phileas Fogg (David Niven) es un lord inglés que durante una partida de cartas en el exclusivo Comfort Club se embarca en una discusión acerca de cuánto tardaría alguien en dar la vuelta al mundo. El entredicho que comenzó a partir de la noticia de un ladrón que robó una suma importante de dinero del Banco de Londres y luego huyó, llevan al protagonista de la película a apostar que él es capaz de circundar el planeta y volver a ese mismo lugar en 80 días. Uno de los rasgos distintivos del personaje es, por supuesto, su obsesión por la puntualidad.

Cantinflas en una icónica bicicleta del siglo XIX.

El compañero de aventuras de Fogg es su recientemente contratado mayordomo Passepartout (el mexicano Cantinflas), un personaje bufonesco y mujeriego que representa también cierta imagen de pobreza ya que anda con pantalones remendados y su forma de expresarse es mucho menos elegante que la de su caballeroso patrón. Al promediar la travesía se les unirá la princesa india Aouda (Shirley MacLaine), a quien rescatan de un sangriento ritual.

El viaje de Fogg y Passepartout se da principalmente alrededor de las colonias del imperio inglés, con alguna excepción. Los aventureros, que utilizan prácticamente todos los medios de transporte disponibles para la época, pasan por el Canal de Suez, la India, Hong Kong y Estados Unidos. En varias locaciones se recrea la mirada del hombre blanco europeo sobre las sociedades locales, siempre representadas como primitivas y atrasadas. De hecho el rescate de la princesa india se sitúa momentos antes de que sea sacrificada en un horrendo ritual que puede ser más un invento prejuicioso de la ficción que una costumbre asentada en algunas de las sociedades que integraban lo que luego fue la India.

La princesa interpretada por Shirley MacLaine (de rojo) y la dama de Saloon (Marlene Dietrich).

La película es fastuosa tanto en su puesta en escena como en su elenco. Solo en la sección en la que los personajes pasan por Estados Unidos, huyendo del ataque de los aborígenes locales y las bravuconadas de los hombres rudos del oeste, hay cameos de Marlene Dietrich, Frank Sinatra, John Carradine y Buster Keaton. Otras personalidades de la historia del cine como el también director Noël Coward y Peter Lorre cuentan también con pequeños papeles.

Algunas secciones musicales o despliegues escenográficos como el que se da, por ejemplo, en una corrida de toros en España, al comienzo del viaje, lucen hoy un tanto pegajosos. La película, de tres horas de duración, por momentos es un viaje turístico por distintas locaciones, en la que se filman largas escenas paisajísticas. Cuando Fogg se encuentra en apuros nunca pierde la compostura. Los problemas con los que se cruza en su camino son de alguna forma menores, livianos. El flemático caballero inglés los puede solucionar, por lo general, recurriendo a su billetera, un idioma universal que une al Imperio Británico descrito por Julio Verne con la industria de Hollywood a mediados del siglo XX.

Afiche de la película (1956).

La película está disponible aquí, con estos subtítulos.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar