La primera noche piensas en él, la segunda lo ves, en la tercera viene por ti

The empty man (2020) es una muy buena película de terror estadounidense, que comenzó a filmarse en 2017 y recién se estrenó el año pasado. Está basada en una novela gráfica y dirigida por David Prior. Son dos horas y quince minutos de tensión con mucho suspenso.

Por Nicolás Bianchi

No es habitual que una película sobre un boogeyman (o ‘cuco’ en castellano) y una secta se extienda por más de una hora y media. The empty man lo hace, en parte, porque no es un film ordinario. Basado en una novela gráfica realizada por Cullen Bunn, y publicada por Boom! Studios, presenta una trama con puntos de contacto tanto con lo metafísico, a lo H. P. Lovecraft, como con la actualidad en la que circulan grupos anti ciencia (anti vacunas, negacionistas y otros tantos más propios de esta época).

Antes de los títulos se presenta una larga secuencia, de más de 20 minutos, que podría ser un cortometraje separado del resto de la película. En el año 1996 en Bhutan un grupo de cuatro jóvenes realiza una excursión de montañismo en la que uno de ellos sufre un accidente y cae dentro de una cueva en la que tiene algún tipo de contacto con una entidad maligna. En principio lo que se presenta y se asienta para el resto de la narración es una incertidumbre y un suspenso por momentos asfixiante.

Los puentes, una constante en la película.

De allí la historia salta al presente. El personaje principal es el detective privado Lasombra (James Badge Dale), que comienza a investigar la desaparición de una adolescente, Amanda (Sasha Frolova), de la que en principio es amigo. Los porqués y el origen del personaje permanecen en la oscuridad que anuncia la enunciación de su apellido. Por lo pronto comienza la búsqueda de la joven mientras se acerca cada vez más a la madre de Amanda, Nora (Marin Ireland). Cuando además de Amanda varios de sus compañeros desaparecen todas las pistas comienzan a apuntar hacia la leyenda urbana del ‘empty man’.

Si alguien encuentra una botella vacía en un puente y sopla dentro de ella, como si fuera un instrumento de viento, se activa la maldición del ‘empty man’. La investigación de Lasombra lo conduce hasta una misteriosa secta, que realiza actividades tanto en la ciudad como en una instalación en un bosque. Los jóvenes que integran el grupo practican un nihilismo extremo, en el que cuestionan directamente la existencia de algo considerable como ‘realidad’. Los planteos de la secta se pueden coaligar con la propagación actual de grupos extremistas, terraplanistas y anti ciencia.

La maldición se activa al solpar dentro de una botella vacía encontrada en un puente.

El ambiente en el que Lasombra realiza su investigación es el de una ciudad oscura, nocturna y siempre lluviosa. Pronto deja de ser el que persigue para ser el perseguido. No todo está claro en la película siempre y las revelaciones necesarias para comprender la trama se dan en el tercer acto. Algunas escenas son memorables y de lo mejor producido en el género de terror en los últimos tiempos.

Se pueden trazar puntos de contacto de la película con otros films como Hereditary (2018), por las escenas en las que la secta practica un ritual en el bosque, Candyman (1992), por la forma de invocar al monstruo, e incluso Se7en (1995), por la ciudad ominosa en la que Lasombra lleva adelante su investigación. Lo más interesante de The empty man es que logra un resultado original, por más comparaciones que se puedan establecer. Hace tiempo que no se veía una película con tanto suspenso y tanta tensión.

Afiche de la película (2020).

Se consigue aquí, con estos subtítulos.

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