Mortal Kombat se relanza como una franquicia clase B

La nueva entrega de Mortal Kombat (2021) es una entretenida película de acción que recurre a los personajes clásicos del videojuego de los años 90 para contar una sangrienta historia de enfrentamientos entre guerreros que defienden distintos mundos.

Por Nicolás Bianchi

No hay grandes estrellas en el elenco ni personalidades con una vasta trayectoria detrás de cámara en el proyecto de franquicia de Mortal Kombat. El director, Simon McQuoid, proviene del mundo de la publicidad y esta es su primera película. De los guionistas uno es novato (Greg Russo), otro es un actor que también interpreta al personaje de Kano (Josh Lawson) y el tercero, Dave Callaham, sí tiene algo de experiencia en el cine mainstream de superhéroes (Wonder Woman 1984, Godzilla, entre otros proyectos).

El film recrea el conflicto entre dos bandas de guerreros de diferentes reinos ubicados en mundos distintos. Sin más vueltas están los buenos y los malos. El héroe principal es Cole Young (Lewis Tan), una creación exclusiva de la película ya que no existe en los videojuegos. Se trata de un luchador de Filadelfia que pelea por plata y tiene una marca de nacimiento con la forma de un dragón, por ser descendiente del guerrero samurái Hanzo Hasashi (Hiroyuki Sanada).

El héroe Cole Young y la marca del dragón en su pecho.

Los líderes de ambos bandos son el veterano Lord Raiden (Tadanobu Asano) y el malvado hechicero Shang Tsung (Chin Han). Los principales guerreros del bien, además de Cole, son Sonya Blade (Jessica McNamee) y el soldado estadounidense Jax (Mehcad Brooks), mientras que del lado de los villanos están el frío asesino Sub Zero (Bi Han) y la espeluznante Mileena (Sisi Stringer). El personaje distinto, con agenda propia, es Kano, un carismático y grosero mercenario que no tiene más interés que su beneficio.

La película comienza con una escena bien filmada, que se desarrolla en el Japón feudal, en la que Sub Zero asesina al samurái Hasashi, con el objetivo de terminar con ese linaje de guerreros. Pero antes de morir su familia logra esconder a un bebé que luego es rescatado por Raiden para que el clan se perpetúe, hasta el presente de la película, con Cole. En buena parte del film es justamente el personaje de Cole el que lleva adelante un entrenamiento y un crecimiento para poder adquirir los poderes necesarios para enfrentar a los combatientes del mundo maligno en el que reina Shang Tsung.

Los villanos comandados por Shang Tsung.

Con cierto ingenio el film alterna unos diálogos rudimentarios y veloces con lo que es el centro de la cuestión, o sea las escenas de pelea. Los distintos mano a mano que se producen rescatan la lógica del videojuego pero a la vez están bastante bien engarzados dentro de la trama. Y sí, hay fatalities, violencia gore y los clásicos latiguillos como ‘finish him’ o ‘flawless victory’.

En el último acto lo que se hace es sentar las bases para la continuidad de la historia. No quedó del todo bien explicado pero al parecer los guerreros caídos en un mundo pueden renacer en otro, lo que la franquicia necesita para mantener cierto elenco estable de personajes. Mortal Kombat inició su camino con una digna y entretenida película de acción, sin ningún tipo de complejidad en su trama pero con un despliegue disfrutable de luchas y poderes especiales que homenajean al hito del arcade de los 90.

Afiche de la película (2021).

Se consigue aquí, con estos subtítulos.

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