Winter’s Bone (2010) apuntaló la carrera actoral de Jennifer Lawrence. Se trata de un relato en la que una adolescente debe sostener su hogar, en el interior profundo de Estados Unidos, mientras intenta encontrar a su padre, involucrado en el narcotráfico.
Por Nicolás Bianchi
Winter´s Bone, conocida por aquí como Lazos de sangre, combina elementos que habitualmente se encuentran en el cine independiente con otros más tradicionales dentro de la industria, lo que resultó en un film que obtuvo cuatro nominaciones a los premios Oscar de 2011, entre las que se cuentan mejor película y mejor actuación femenina. Fue la presentación definitiva de Jennifer Lawrence al mundo cinematográfico, donde luego se transformó en una de las actrices más relevantes de su generación.
Aquí, rodeada por las montañas de Ozark, en el Medio Oeste estadounidense, Lawrence interpreta a Ree, una adolescente de 17 años que está cargo de un hogar con un padre ausente, una madre traumada que permanece en silencio sentada dentro de la casa y sus dos hermanos menores, niños todavía. Ree debe hacerse cargo de todo en una situación que parece de pendiente, todo empeora paulatinamente.
Por eso es que Ree debe acudir a la ayuda de los vecinos para alimentar al único caballo que les queda, y también para poder conseguir los ingredientes necesarios para preparar un guiso calórico que sirva para hacerle frente al frío del invierno. A ella también se dirige el oficial de policía que llega a su casa para informarla que si su padre no aparece los van a tener que desalojar porque puso a la vivienda como garantía de su libertad condicional.
Así comienza una suerte de viaje entre cabañas, bosques y personajes rústicos, en el que Ree necesita encontrar a su padre, o, en el peor de los casos, las pruebas de su muerte. No hay un pueblo sino distintas viviendas entre montes y árboles. Todos son familiares en mayor o menor grado, y, al parecer, todos tienen algún tipo de vínculo con la nueva actividad económica del lugar: el narcotráfico y las cocinas de drogas.
Dentro de esa galería de rednecks filo criminales se destaca Teardrop (John Hawkes), el tío de Ree, un personaje ambiguo, por momentos desagradable en su trato, que va a ser el principal aliado de la adolescente en su búsqueda desesperada. La directora Debra Garnik logra construir un mundo que funciona con su propia lógica en el ámbito rural que ocupa, y que el espectador descubre de la mano de Ree. Dentro del drama indie, en el que una adolescente debe crecer de golpe, hay un componente de aventura y sordidez que hacen de la película un relato más dinámico que la media de su género. Quizás ese elemento la distinga de tantas otras historias de ‘coming of age’ que se produjeron y todavía se realizan en el ambiente del cine independiente.
Quienes estén interesados se pueden dirigir por aquí, con estos subtítulos.
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