Un ángel confundido

Los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne retratan en Le jeune Ahmed (2019) a un joven preadolescente captado por el fundamentalismo religioso, lo que altera sus relaciones con su entorno. El trabajo les valió la Palma de Oro a mejores directores en Cannes.

Por Nicolás Bianchi

Los hermanos Dardenne despojan a su película de cualquier artificio, o mejor, parecen negar cualquier rasgo artificial que le dé a su relato otra textura que no sea la de lo real. Cámara en mano, cercanía con los personajes, luz natural. Un problema concreto y actual como es la penetración del fundamentalismo islámico en la juventud. Solo faltó un cartelito al comienzo de basado en un hecho real. No importa, Le jeune Ahmed (2019) intenta verse más real que la misma realidad.

Ahmed (Idir Ben Addi) es un preadolescente que toma clases particulares con una profesora para superar sus problemas de dislexia, a la vez que concurre asiduamente a una mezquita en donde un imán lo intoxica con mensajes fundamentalistas que seducen al joven aunque no los pueda terminar de decodificar. “Pasaste de jugar a la Play a la religión”, le reprocha su madre (Claire Bodson) cuando observa que el joven cambió su manera de vestir, ve videos de imanes en internet y reza cada tantas horas.

La profesora Inés enfrenta al joven Ahmed.

La profesora Inés (Myriem Akheddiou) se va a convertir en la principal rival del joven extremista. Según le dice su imán el idioma árabe debe enseñarse mediante la lectura del Corán y no a través de videos y otro tipo de materiales. Inés, que enseña árabe a distintos miembros de la comunidad para que lo puedan usar “en su vida cotidiana”, considera que al tratar solo el texto sagrado el idioma no es útil para lo que la gente lo necesita. “A mi hijo lo tomaron en un hotel en Bruselas porque sabe árabe”, dice una de las asistentes a la clase. El fundamentalismo no entiende razones. Como si la postura pedagógica de Inés fuera la gota que rebasó algún tipo de vaso, Ahmed elucubra un plan para asesinarla a cuchillazos. Fracasa y es internado en un reformatorio, dónde se debate entre el cambio o la continuidad en su postura radical.

La película, más allá de algunas secuencias, es una entrevista constante a su personaje principal. La madre, el imán, la profesora, los trabajadores del reformatorio, un juez, un policía, una joven muchacha que Ahmed conoce en una granja, todos de alguna manera interrogan al joven. Los directores lo exhiben como si fuera un objeto de estudio científico social. En gran parte de las conversaciones Ahmed pega su mentón a su pecho, baja la cabeza y niega cualquier tipo de respuesta o comprensión de lo que se le quiere transmitir.

Ahmed con su madre.

En el mundo de Ahmed las principales amenazas están dadas por las mujeres. Su madre, Inés y luego una joven que conoce en una granja como parte de su rehabilitación. Todas le suponen un desafío a sus recientes creencias. La joven, por la que además siente interés, es la que más lo descoloca. El fundamentalismo islámico, como se muestra, parece haber afectado a Ahmed como un golpe en la cabeza, es como un trauma del que no se puede recuperar.

Los hermanos Dardenne logran exhibir un conflicto social de actualidad con eficiencia y algunas secuencias tensas bien logradas. Que la película no dure más de 90 minutos es un acierto, tanto por la chatura visual adrede con que está filmada como por el agotamiento de los recursos posibles del protagonista que la película efectúa. En cierto punto ya sabemos todo sobre Ahmed y lo que piensa, no queda más por contar sin repetir.

Afiche de la película (2019).

Los hermanos Dardenne obtuvieron la Palma de Oro como mejores directores en el último festival de Cannes, donde el film también estuvo nominado para mejor película. En Argentina no tuvo estreno comercial antes de que desate la pandemia. Se puede conseguir aquí

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