Medianeras (2011), una exploración de Buenos Aires y el amor virtual

Comedia romántica dirigida y escrita por Gustavo Taretto. Es dinámica y entretenida. Quizás el cierre es un poco apresurado.

Por Nicolás Bianchi

Hay varias cosas que funcionan muy bien en Medianeras. Un aspecto central es la construcción de los personajes. Los protagonistas son más parecidos que opuestos, pero al mismo tiempo es posible observar las diferencias entre ambos. Además, esta película construye un pequeño ecosistema en Buenos Aires. La historia transcurre alrededor de Santa Fe y 9 de Julio, en las cercanías del Teatro Colón, en un espacio del centro de la ciudad en el que hay varios edificios decididamente feos.

Justamente los departamentos de ambos personajes son el punto de partida. Martín (Javier Drolas) es un diseñador de páginas web que trabaja desde su casa y que recientemente ha sido abandonado por su novia, que se fue a visitar a un familiar a Estados Unidos y no volvió más. Entonces, Martín se quedó solo y con la perrita que era de ella. Este hombre joven atraviesa una suerte de depresión combinada con distintas fobias que limitan su vida a estar en un departamento minúsculo y salir solo en contadas ocasiones.

Martín comparte una cena en su pequeño departamento con Ana

En cambio, la frustración de Mariana (Pilar López de Ayala) no abarca solamente lo sentimental. Ella también viene de terminar una relación, pero además todavía no ha podido realizarse como profesional. Con respecto a esto, Mariana es arquitecta recibida recientemente. Sin embargo, trabaja decorando vidrieras para negocios de ropa. El trabajo le gusta y la entretiene, pero sus capacidades dan para más.

Medianeras comienza contando con voz en off, ya que ambos personajes están solos. El recurso cumple con su cometido y es desechado a tiempo, antes de volverse excesivo. Este planteo sugiere desde un principio un encuentro entre dos personajes que viven en la misma cuadra, pero que no se conocen. Además, la historia de ambos avanza de manera simétrica.

Los dos intentan encuentros románticos con otros dos personajes. Martín primero se enreda con la paseadora de perros Ana (Inés Efron) y después con Marcela (Carla Peterson), una chica que luce de clase alta, habla idiomas y se viste elegantemente. Estas dos mujeres representan opuestos, aunque el resultado es el mismo: no hay conexión.

Ana y los manequís que forman parte de su vida cotidiana

Lo mismo le sucede a Mariana con el vendedor de ropa Lucas (Adrián Navarro) y el psicólogo Rafa (Rafael Ferro). La película también cuenta con pequeñas participaciones de Romina Paula y Alan Pauls como los ex de los dos protagonistas. Por último, el periodista Jorge Lanata interpreta a un médico que atiende a Martín. Además de padecer fobias, Martín es hipocondríaco. Estos guiños hablan de una suerte de tributo a Woody Allen. O una reinterpretación en clave porteña.

En definitiva, Medianeras es algo previsible pero agradable. Tiene varias escenas bien resueltas y un final un poco atolondrado. De todas maneras, los personajes principales funcionan y resultan atractivos. Para esta historia eso es fundamental.

Afiche de la película (2011)

Está en Mubi. Contacto: elgolocine@gmail.com

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