El precio de la vida

Worth (2020), drama legal estrenado por Netflix y dirigido por Sara Colangelo, cuenta la historia del Fondo Compensatorio para las Víctimas del 11 de Septiembre, el organismo creado para reparar económicamente a los familiares de quienes murieron en las Torres Gemelas.

Por Nicolás Bianchi

La película parte de una premisa incómoda y polémica. ¿Cuánto vale la vida? Ken Feinberg (Michael Keaton) es un profesor universitario y un abogado de elite que luego del atentado que en 2001 conmocionó a Estados Unidos se ve ante una tarea desagradable y espinosa aunque quizás necesaria. Al menos así la presenta Worth. El letrado debe convencer a las familias de las víctimas de que acepten una compensación y no litiguen, esa es su misión.

Sin subrayados ni declamaciones el film deja entrever que con los escombros de los edificios todavía ardiendo, al día siguiente del ataque, las altas esferas de las política estadounidense se reunieron con el objetivo, no de atender los daños humanos provocados por el episodio, sino de salvar a las compañías aéreas de un desfalco que podría haber arrastrado a toda la economía.

¿Cuánto vale la vida?, se lee en el pizarrón detrás del profesor Feinberg.

Como el único idioma posible es el del dinero lo que se idea es un sistema compensatorio que ponga un precio a las vidas que se perdieron. El personaje de Feinberg es sincero al respecto. No cree que sea una solución justa, porque tal cosa no se puede alcanzar en una situación como la que se vivió, pero sí cree que es necesaria. En ese sentido, no se trata de un abogado despiadado o inescrupuloso pero sí de un hombre del sistema, frío y calculador.

Cuando el esquema se presenta en público estallan todas las contradicciones. Cada vida es tasada por su edad y profesión. Las parejas homosexuales, no siempre reconocidas, ven complicado el trámite para que el Estado las compense. Los problemas se multiplican y Charles Wolf (Stanley Tucci), quien perdió a su esposa el 11/9, emerge como el líder de los disconformes. Practica algo que Feinberg deja de lado. Escucha a todos. Se centra más en lo humano que en lo económico. Por su parte, el Fondo que comanda Feinberg tiene dos años para convencer a, por lo menos, el 80 por ciento de las víctimas para que acepten la compensación. De arranque la misión aparece muy difícil.

Wolf surge como líder de los descontentos.

En parte Worth cuenta un duelo de caballeros, con mucho de drama legal, entre Wolf y Feinberg. Las actuaciones de Keaton y Tucci son atildadas. La película es además formalmente muy correcta. No está centrada en el camino de las víctimas sino en el del hombre encargado por el Estado, por el presidente mismo en una seca y escueta conversación telefónica, para solucionar lo que se consideraba un problema. No hay héroes ni villanos, sino un dilema moral, filosófico y económico a resolver.

Más allá de las virtudes cinematográficas y narrativas del film, que cuenta un problema con ribetes burocráticos y legales sin aburrir ni confundir, su costado más interesante es el que descubre los defectos de una sociedad en tiempos de crisis. La elite a la que pertenece Feinberg valora de distinta manera la vida de un camarero y la de un ejecutivo, la de un mexicano y la de un bombero estadounidense. Y los problemas, para ellos, más allá de la parafernalia discursiva, se solucionan con plata, cuando en verdad lo que buscan los afectados es una reparación humana.

Afiche de la película (2020).

Se estrenó en Netflix. Contacto: elgolocine@gmail.com.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar