La historia de cómo dos amigas se separaron

Zola (2020) es una película producida por la factoría A24 que se basa en un hilo de Twitter en el que una joven stripper cuenta un fin de semana muy particular en Tampa, Florida. Dirigida por Janicza Bravo, con Taylour Paige y Riley Keough. El film resulta sumamente atractivo desde lo visual y narrativo.

Por Nicolás Bianchi

Con el vértigo de las redes sociales incorporado, Zola desanda una historia algo extraña que comienza como una comedia de amigas que van a hacer un poco de dinero durante un fin de semana que termina en un plan bastante más pesado. Más allá del tono, por momentos liviano a pesar de lo duro del tema, la película presenta una serie de recursos visuales que intervienen permanentemente en la narración. Los personajes pueden hablarle a cámara, algunas escenas se editan a modo de un video clip y, además, no se pierde un minuto en explicar lo que el espectador puede reponer por sí solo. Como en la red social del pajarito, los diálogos son breves y cargados de muletillas.

Zola (Taylour Paige) es una camarera de Hooters, el bar restaurant estadounidense en el que las empleadas se visten con poca ropa, que es abordada por una cliente, Stefani (Riley Keough), quien primero elogia su belleza y luego la invita a participar de un fin de semana en Florida en el que las chicas recorrerán una serie de clubs de striptease. Algunos bailes en el caño y dinero fácil es la propuesta. Zola accede rápidamente, por más que conoce a la rubia desde hace solo media hora.

La película está filmada en 16 mm aunque también se incluye alguna escena grabada por una de las actrices con un teléfono.

Lo que sigue, o sea la aventura de ambas por llamarlo de algún modo, fue popularizado en Twitter por Aziah King, la verdadera Zola. En distintas notas periodísticas se comprobó que prácticamente todo lo que contó la joven, o al menos lo más importante, había sucedido tal y como quedó reflejado en la red social (aquí una muy completa nota de Rolling Stone al respecto).

Cuando las recientes amigas se vuelven a encontrar para partir, Zola se anoticia que del viaje también participan un supuesto novio de Stefani, Derrek (Nicholas Braun, que como en Succession hace un papel de tonto), y un ‘roommate’ (interpretado por Colman Domingo) que habla, se comporta y viste como un proxeneta. A las pocas horas de iniciada la travesía, la protagonista se encuentra con que Stefani está dispuesta a algo más que bailar y que no va a ser nada fácil abandonar el barco.

Visualmente Zola es muy atractiva.

Entonces, la película que comenzó como un relato de una reciente amistad de dos chicas que no paran de decirse frasecitas como ‘bitch you’re cute’ y sacarse fotos para las redes sociales, se convierte en un relato más espeso sobre el tráfico sexual y la prostitución. Bravo nunca abandona la búsqueda de un estilo visual cercano al video clip, por momentos experimental, en el que muchas escenas se coronan con el sonido de los mensajes en Twitter. Como si cada escena estuviera contenida en un tuit.

La película logra narrar sobre temas densos sin perder su esencia, aunque sobre todo los personajes blancos, o sea Stefani y Derrek, no pueden nunca romper el estereotipo que se coloca sobre ellos. ¿Son o se hacen? Bravo los personifica como si verdaderamente vivieran dentro de la lógica de Twitter: exageradamente tontos y superficiales. Los films que integran el catálogo de A24 siempre aportan un diferencial. Zola es un drama en tono de comedia, o viceversa, sobre un tema áspero que en ningún momento deja de ser atractiva desde el punto de vista visual y narrativo, por más que en el camino se sacrifique la posibilidad de lograr algo más de profundidad.

Afiche de la película (2020).

Se estrenó en cines y VOD en Estados Unidos. Se encuentra online. Contacto: elgolocine@gmail.com.

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