Los animales más salvajes son siempre los hombres

Endangered species (2021), dirigida por M. J. Bassett, sigue a una familia estadounidense que está de vacaciones en Kenya para realizar un safari. Lo que comienza como un relato que plantea la oposición entre el hombre y una naturaleza furiosa se decanta, con poco éxito, hacia una oda contra la caza furtiva.

Por Nicolás Bianchi

Un enfoque posible de los pesares que atraviesa el mundo a partir de la pandemia de coronavirus es el que plantea al avance del hombre contra las fronteras naturales como un factor de nuevas enfermedades. El planeta, en distintos aspectos, está siendo dañado y, al menos metafóricamente, se puede pensar en una respuesta. En principio Endangered species transita ese camino pero luego gira caprichosamente hacia otro mucho menos interesante y original.

En algún momento la película amaga con tener un brillo al estilo de Frogs (1972), una gran película de terror que enfrenta a un grupo de millonarios contra el ecosistema de una isla repleta de reptiles, anfibios y otras criaturas. El mérito de aquella obra fue que además de lo evidente, o sea humanos perseguidos por arañas y víboras, había detrás otros componentes mucho más profundos. Bassett limita las aspiraciones de su film cuando decide, prácticamente en primera persona, decir en voz alta el mensaje que deseaba transmitir.

El film transcurre en Kenya.

El punto de inicio son las vacaciones de los Halsey, una familia estadounidense blanca y que luce acaudalada, que ya aburridos de las playas paradisíacas decide buscar una opción con algo más de aventura. La madre Lauren (Rebecca Romijn) es una médica diabética insulinodependiente, lo que se deja asentado como un problema para más adelante, y el padre Jack (Philip Winchester) es un gerente de la compañía petrolera Exxon que oculta algunos problemas financieros.

Entre los personajes, mientras avanzan las vacaciones, se desarrollan algunos conflictos personales. La pareja no atraviesa su mejor momento y además los hijos guardan algún rencor con el padre Jack. La joven Zoe (Isabel Bassett), pronta a comenzar la universidad, está acompañada por su novio hipster Billy (Chris Fisher) mientras que su hermano Noah (Michael Johnston), que es homosexual, envía mensajes a su novio por el teléfono celular. Jack es un hombre conservador que busca mantener todo bajo su control y eso lo expone a los enfrentamientos con los demás personajes.

Los problemas económicos del protagonista, que salen a la luz una vez que la familia ya está en África, llevan a que, en vez de contratar una excursión, los Halsey alquilen una mini van y emprendan el viaje por la sabana sin guías. El objetivo es ver a ‘los cinco grandes’, o sea elefantes, rinocerontes, leopardos, búfalos y leones. Al quedar en el camino entre un rinoceronte adulto y su cría comienzan los problemas.

Alguna maniobra para mostrar poco a los animales, construidos con animaciones de segunda mano.

La película es por momentos un relato de terror en el que los personajes deben sobrevivir al ataque de los animales. Allí consigue sus mejores minutos incluso a pesar de los defectos del CGI con el que están creadas las fieras. Consciente de la precariedad del recurso Bassett maniobra con dignidad para mostrarlos lo menos posible, lo que también le da un aire de clase B al film.

Afiche de la película (2021).

En principio Endangered species se presenta como un relato que enfrenta a un grupo de personajes, dentro del cual la mención de Exxon (compañía responsable de una serie de estragos contra la naturaleza) no es casual, contra el medio natural al que supuestamente van a divertirse, como parte de un consumo de vacaciones. Pero Bassett no sigue por completo la línea del terror y vira hacia un tono más edulcorado en lo que es un thriller de acción mucho más convencional e intrascendente en el que los personajes se cruzan con un grupo de cazadores furtivos, finalmente los villanos de la película.

La película concluye con un texto en pantalla firmado por la directora en defensa de los animales salvajes, lo que termina de dinamitar cualquier mérito en el campo del suspenso que el film podía haber presentado. Hay, al menos, una buena escena de susto con un leopardo. Hubiera sido mejor volver a ver Frogs.

Está aquí, con estos subtítulos.

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