Ten cuidado con lo que deseas

The Djinn (2021) es una muy austera película de terror que se asemeja a un cuento. Un niño mudo invoca a un genio que puede concederle un deseo pero también desatar una maldición. Dirigida por David Charbonier y Justin Powell.

Por Nicolás Bianchi

Un elemento muy fuerte de The Djinn, que quizás funcione como un amplificador del terror, es el encierro, una sensación común al público en distintas latitudes por la pandemia que atraviesa el mundo. Más allá de eso la película es un relato sin mayor contacto con la actualidad sino más bien un cuento que podría ser de esta u otra época. Está ubicada temporalmente en 1989, pero a los pocos minutos el cuándo se vuelve un dato irrelevante.

Por otro lado el film es prácticamente un unipersonal del niño actor Ezra Dewey, que interpreta a Dylan, un pequeño traumado por la muerte de su madre y que además es mudo. Luego de un trágico episodio Dylan y su padre se mudan a una casa cuyo ocupante anterior también falleció recientemente. Como el padre de Dylan trabaja de noche el pequeño pasa las noches solo en el hogar, momento en el que debería estar durmiendo.

El desarrollo de la historia gira en torno a un encierro.

Pero los malos recuerdos invaden a Dylan, quien encuentra en un estante un libro antiguo que contiene las fórmulas para una serie de hechizos. Uno de ellos habla de la invocación de un genio que concede deseos pero también ocasiona maldiciones. El niño reúne todos los elementos necesarios, pide lo que anhela y a partir de allí comienza una noche maldita y aterradora por la visita del genio al departamento.

La película está bien filmada y cuenta con una banda de sonido muy efectiva, realizada principalmente con sinstentizadores, lo cual es una tendencia en el cine independiente actual (la reciente Underdogs es un gran ejemplo). Se trata de un ejercicio cinematográfico sostenido por una narración muy sencilla. El encierro del niño con el genio en su casa no tiene diálogos ya que uno de los personajes es mudo y el otro una entidad maligna que, en principio, no habla.

El film es prácticamente un unipersonal del niño actor Ezra Dewey.

Los directores logran crear un clima molesto e inquietante que le dan contexto a un par de sobresaltos, o jump scares, que están muy bien logrados. La actuación del niño Dewey es sólida aunque por momentos que prácticamente todo el peso dramático de la película recaiga sobre sus expresiones se convierte en una carga. Los efectos especiales, como todos los recursos del film, están utilizados con economía y también son correctos.

En lo único que puede haber un sinsabor, y no menor, es en el sentido de lo que se cuenta. Sin mayores spoilers existe en The Djinn cierta crueldad innecesaria aunque posible para una película de estas características. Por otra parte el encierro, el niño con sus traumas a cuestas y la irrupción del genio podrían cobrar algún vuelo metatextual, pero cualquier interpretación pretenciosa queda descartada a partir de algunos giros que desproveen a la película de ulteriores significados. Un niño mudo y un genio maligno encerrados en una casa. Uno busca sobrevivir y el otro matar. Está bien contado y filmado, lo que no es poco, pero eso es todo.

Afiche de la película (2021).

Está aquí.

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