Son estúpidos, eso es lo que los hace peligrosos

Arkansas (2020), escrita, dirigida y coprotagonizada por Clark Duke, cuenta las peripecias de dos narcotraficantes de poca monta en el interior profundo de Estados Unidos. Completan el elenco Liam Hemsworth, Vince Vaughn, John Malkovich y Michael Kenneth Williams.

Por Nicolás Bianchi

Duke tomó lo de pintarás tu aldea y pintarás el mundo y lo llevó a la pantalla. Oriundo de Arkansas, en su ópera prima la acción transcurre en el interior profundo de Estados Unidos, en un cosmos similar al de la popular serie Breaking Bad, un poco más al centro del país, no tan cerca de la frontera con México.

Todos los personajes de Arkansas se asemejan a los que secundaron a Walter White y Jesse Pinkman. Hemsworth y Duke son Kyle y Swin, dos dealers a los que se les encomienda una tarea un poco más importante de lo que es habitual para ellos, lo que los lleva a cruzarse con el guardaparque Bright (Malkovich), también integrante de la organización.

Malkovich, siempre genial.

La película está dividida en episodios en los que vemos por un lado las desventuras del dúo protagónico, y por el otro la carrera ascendente de Frog (Vaughn) dentro del mundo del comercio de drogas ilegales. Las reglas de la película son estándares en cuanto a historias de narcos. Las posibilidades de los personajes están delimitadas por la violencia y lo que, llegado el momento, estén dispuestos o no a hacer.

La historia es cruda. Arkansas bordea los límites del drama criminal con la comedia negra, hay secuencias disparatadas pero dentro de un tono verosímil. Los personajes son tan rústicos que esas cosas pueden pasar. No hay familias detrás de los personajes ni grandes intereses afectivos. Es una historia de ambición, supervivencia y, también, de casualidades y golpes de suerte.

Hay cierta belleza en los colores de las camisas de los protagonistas.

Visualmente hay un contraste marcado entre la media luz de los interiores y exteriores en los que transcurre la acción y los colores eléctricos de los carteles, la luces de neón y las camisas de los protagonistas. Esos motivos cargados de fluorescencia en la ropa, en casas de madera simples, centros comerciales sin alma y rutas que atraviesan descampados, tienen algo de belleza en aquel sentido explorado por American Beauty (1999) de Sam Mendes, en el que un joven se fascinaba con la danza de una bolsa de plástico con el viento frente a una pared de ladrillos en un lugar cualquiera de Estados Unidos. Esa rusticidad pueblerina redneck votante de Trump está estetizada por Duke de tal manera que se presenta con gracia a la vista del espectador.

Dentro del plantel de actores se destacan Malkovich, como siempre atrapante, y Vaughn, que sigue en el camino que ya transitó en Dragged across concrete (2018) y Brawl in cell block 99 (2017), como un tipo duro, pesado, inerme pero con cierto atractivo rústico.

Afiche promocional (2020)

Si bien el lanzamiento en DVD de la película está planificado para el 5 de mayo ya está disponible en ese suburbio rural que es internet (con estos subtítulos).

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar