Una gesta heroica contra el horror nazi

Sobibor (2018), dirigida y protagonizada por Konstantin Khabenskiy, narra la fuga del campo de exterminio polaco organizada por un grupo de prisioneros soviéticos. La producción rusa no fue estrenada en los cines argentinos.

Por Nicolás Bianchi

Llega el tren con los prisioneros al campo de exterminio de Sobibor.

Sobibor fue un campo de exterminio nazi que funcionó entre 1942 y 1943, cerca del pueblo polaco que le da su nombre, a unos pocos kilómetros de lo que es hoy la frontera con Ucrania. Se calcula que allí fueron asesinados unos 200 mil prisioneros, entre ellos judíos, soldados soviéticos capturados y gitanos. El sitio fue clausurado y desmontado por los mandos del Tercer Reich luego de la fuga que narra la película. Recién en 2014 un grupo de arqueólogos encontró evidencias sobre las cámaras de gas que allí funcionaron.

El film Sobibor empieza donde varios de su género terminan. Un grupo de prisioneros llega al campo en un tren, desciende de los vagones que parecen pensados para el transporte de ganado y son recibidos por una serie de oficiales nazis que comienzan a clasificarlos. Los que pueden desempeñar oficios son enviados hacia una mesa donde les toman los datos mientras que al resto se le dice que antes de iniciar “su nueva vida en el campo” deben tomar un baño para prevenir la epidemia de tifus. Se los hace desnudar, se les corta el pelo y luego son conducidos a una gran cámara con duchas, de las que en vez de agua va a salir gas.

Ya en las primeras escenas se muestran algunos rasgos y climas que se van a mantener durante todo el film. Al llegar al campo un audio grabado se emite en loop dándoles una suerte de bienvenida a los prisioneros. Se escucha hasta el hartazgo, mecánicamente. Khabenskiy muestra a Sobibor como una máquina de producción de la muerte. Los sonidos que acompañan la vida de los presos dan cuenta de ello y los efectos que transforman al lugar donde transcurren las acciones en una fábrica el horror están bien logrados.

La forma en la que se pinta a los oficiales y guardias nazis también queda clara rápidamente. No solo cumplen órdenes sino que también disfrutan con la parte que les toca. Son sádicos, perversos, exploran formas de jugar con las torturas y vejaciones que les imponen a los judíos. Por momentos rayan la locura.

Konstantin Khabenskiy como Alexander Pechersky, el líder de la rebelión que permitió la fuga de los prisioneros.

Los prisioneros, a su vez, no son solo objeto de calamidades y, finalmente, la muerte. Aquí no hay ningún ejército que pueda venir a liberarlos. Liderados por Alexander Pechersky, soldado soviético capturado, se organizan, debaten sobre sus posibilidades, finalmente toman acción. No todos están todo el tiempo de acuerdo, discuten y pelean entre ellos, y lo que no es frecuente en este tipo de películas, son mostrados como sujetos de su destino y no solo como víctimas. Sobibor es, en este sentido, una propuesta superadora de las películas de su género manteniendo una estructura clásica. No se trata de una explotation al estilo Jojo Rabbit (2019) o Bastardos sin gloria (2009) sino un film bélico tradicional, como La lista de Schindler (1993), por nombrar quizás el más famoso de su tipo.

El oficial Karl Frenzel (Cristopher Lambert) se regodea al ver a los prisioneros morir en las cámaras de gas.

La producción logra perfectamente la recreación del campo y sus distintos sectores. Es especialmente lograda la llegada del tren y la estación a la que arriba. Un lunar que se puede marcar es la participación de Cristopher Lambert como el oficial Karl Frenzel, regente del campo al momento de la fuga. Su actuación es sólida pero hay un problema con sus líneas de diálogo. La película está hablada en los idiomas que usan originalmente los personajes. O sea, los nazis hablan en alemán y los prisioneros en ruso, yiddish o polaco. Lambert filmó sus líneas en inglés y, en la versión que se puede conseguir, está doblado al alemán. El problema aquí es que se nota y distrae la tensión en una escena importante en la que su personaje alza la voz.

Afiche de la película (2018) con motivo de su estreno en España.

Sobibor muestra otra mirada tanto sobre el horror nazi como sobre el lugar de los prisioneros, por lo que la originalidad en un tema tan visitado merece ser destacada. Lamentablemente la película no fue estrenada en cines argentinos, solo fue proyectada en algunos eventos especiales. En el vasto mundo de internet se consigue con suma facilidad.

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