“Yo solo quería ser todo para todos”

El documental Everybody´s Everything (2019) retrata la breve vida del rapero estadounidense Lil Peep, que desarrolló su carrera entre sus 19 y 21 años hasta que murió por sobredosis de fentanilo y Xanax, un medicamento utilizado para tratar la ansiedad.

Por Nicolás Bianchi

La película que retrata la vida de Lil Peep está producida por su madre Liza Womack y el prestigioso director Terrence Malick, que es amigo del abuelo del rapero, Jack Womack, un profesor marxista de historia en Harvard. Rápidamente se puede trazar un paralelo con el film Amy (2015), que contó el ascenso, auge y caída de la cantante británica Amy Winehouse.

La diferencia es que aquí todo sucede más rápido. A comienzos de 2016 Lil Peep dio sus primeros shows en discos pequeñas (llamadas shitholes en el documental), alcanzó la fama, hizo una gira por Europa, tuvo miles de fans, éxitos, dinero, amigos, otra gira por Estados Unidos y murió de sobredosis a fines de 2017.

Lil Peep conoció la fama y el éxito fugazmente antes de morir de sobredosis.

Narrativamente la construcción de la película es muy sólida. El abuelo intelectual del rapero lee unas cartas que periódicamente le envió, escritas a mano y en papel, que van dándole soporte al relato de los dos años furiosos de vida pública de Lil Peep. Las entrevistas que se muestran incluyen a sus familiares, amigos y colegas de los distintos grupos de raperos que integró. Ya solo ver a los distintos personajes de la escena del rap under de Los Ángeles podría ser un documental en sí mismo. Mientras tanto vemos la progresión de Lil Peep como artista y estrella. Del boliche a la gira, siempre rodeado por una troupe de amigos, vividores y las dos cosas al mismo tiempo.

En cuanto a lo cinematográfico el documental es un excelente ejemplo de narración. Hay un personaje principal, muchos secundarios, introducción, desarrollo y conclusión (o los tres actos de la narrativa clásica). Dura dos horas y se sostiene perfectamente. El balance entre testimonios, música (de eso se trata en definitiva) e información está bien, es balanceado.

Incluso el desenlace fatal se planta bien en el relato. Por un lado escuchamos un testimonio de uno de sus compañeros de trabajo que dice que el rapero en sus letras cuenta siempre la “verdad, no miente, es un chico que siente mucho y expresa lo que siente”. En seguida, en una de sus presentaciones escuchamos un fragmento de la canción 16 lines: “16 lines of blow and i´m fine, break my bones but act as my spine” (algo así como ’16 líneas de merca y estoy bien, es mi columna aunque me rompa los huesos’). De ahí a la llamada al 911 solo falta un poco de tiempo.

Pero no todo es color de rosa, el preferido de Lil Peep para su ropa y cabello, con respecto al documental. La familia del rapero, que produjo el film, no incluye información certera ni sobre la bisexualidad del cantante ni sobre sus problemas psicológicos. Muy velozmente se da a entender que sufre períodos de angustia. La realidad es que estaba diagnosticado como bipolar y depresivo*. Y, al parecer, sus personas más cercanas no se preocuparon por él (¿Deberían haberlo hecho?) hasta que fue demasiado tarde.

Afiche de la película (2019)

Everybody’ s Everything (2019) es la primera película de los directores Sebastian Jones y Ramez Sylan. Está disponible en el catálogo de Netflix, y también se consigue fácilmente.

* Más información sobre Lil Peep: https://www.nbcnews.com/feature/nbc-out/death-bisexual-rapper-lil-peep-highlights-mental-health-disparities-n821861

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