Do not expect too much of the end of the world (2023), una comedia salvaje y mordaz

Película rumana de Radu Jude. En un tono prácticamente documental sigue a una asistente de producción durante un par de días de trabajo arduo.

Por Nicolás Bianchi

Este film, que en su idioma original se llama Nu astepta prea mult de la sfârsitul lumii y en castellano No esperes demasiado del fin del mundo, es un experimento extraño que funciona muy bien. Además, tiene múltiples capas. La primera es la historia de la protagonista Angela (Ilinca Manolache), una asistente de producción sobre explotada que tiene que hacer mil cosas en jornadas interminables de trabajo.

Al mismo tiempo, la película dialoga con otro film rumano, Angela merge mai departe (1982), protagonizado por una mujer que es taxista. Esto permite ver a Bucarest y a Rumania todavía dentro del bloque socialista. En ambas historias hay una mujer que pasa mucho tiempo al volante y, además, las dos se llaman Angela. De hecho, Do not… parece hecha bajo la premisa de ¿cómo sería la vida de aquella taxista hoy en día? En algún momento, la Angela del presente comenta que también trabaja de Uber.

Hay una alternancia entre el blanco y negro y el color

Un tercer elemento destacable de la película es su erudición, o su avidez literaria y poética. De forma anárquica y caprichosa distintos personajes citan textos, cuentan historias sobre escritores o recitan algunas líneas de poesía. También hay poemas insertos en los títulos y en otros lugares de este film bizarro, gracioso y atrapante. En este mismo sentido, la clienta principal de la productora para la que trabaja Angela es chozna del escritor alemán Goethe.

Se trata de Doris Goethe (Nina Hoss), jefa de marketing de una empresa que está filmando un aviso para fomentar la seguridad en el trabajo. Como asesora de producción, Angela debe buscar casos de trabajadores accidentados para que den su testimonio, en una suerte de casting de desgraciados. A su vez, la protagonista podría ser, en cualquier momento, una víctima más porque está a punto de quedarse dormida al volante, ya que trabaja más de 15 horas por día.

La clienta austríaca

Con respecto a esto, Do not… también proporciona un comentario filoso sobre la actualidad. Angela es sobreexplotada. En las calles, donde el caos de tráfico reina todo el tiempo, recibe agresiones misóginas constantemente. Además, ella misma interpreta para su cuenta de TikTok a un personaje varón súper macho que relata anécdotas sobre sus proezas sexuales y trata de putas a todas las mujeres. Con solo un filtro que le agrega barba y le borra la cabellera rubia Angela puede interpretar un personaje que para varios seguidores resulta muy gracioso. Todos estos elementos le dan a la película un anclaje muy concreto con estos años posteriores a la pandemia.

Hay aún más capas de significados en este film. Angela escucha música todo el día mientras conduce de un lugar a otro. Muchas de esas canciones refuerzan la obsesión por el dinero y venden sexo desenfrenado, para aportar un elemento más a este pequeño mundo en el que se mueve el personaje. Por último, Do not… tiene cierto aire global. Con mucho desparpajo logra contar una historia que sucede en Rumania, pero que, con distintos matices, podría darse prácticamente en cualquier ciudad occidental de gran tamaño. Y además de todo esto, que ya es mucho, la película nunca deja de ser sumamente graciosa.

Afiche de la película (2023)

Está en Mubi. Contacto: elgolocine@gmail.com

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