Vampire humaniste cherche suicidaire consentant (2023), un monstruo de cristal

Ópera prima de la directora canadiense Ariane Louis-Seize. Una vampiresa adolescente no se anima a matar para alimentarse.

Por Nicolás Bianchi

Este film, también llamado Humanist vampire seeking consenting suicidal person, tiene muchas características de una primera película, en este caso, exitosa. Hay un puñado de ideas frescas y se nota un fuerte deseo de mostrarlas pero, al mismo tiempo, todo sucede dentro de una suerte de zona de control. Como para que la narración nunca se salga de su carril.

Louis-Seize, que también coescribió el guión con Christine Doyon, presenta a una adolescente, Sasha (Sara Montpetit) que pertenece a una familia de vampiros, pero tiene ciertos reparos con respecto a su alimentación. Al comenzar el film, esta joven nunca ha matado en su vida y solo se alimenta a través de bolsas de sangre que le facilitan sus padres. Ahora bien, esta situación y estas posibilidades están llegando a un límite.

La protagonista y su provisión de bolsas con sangre

Vampire humaniste… en parte es un coming of age y una película de monstruos. De todas maneras, todo el tiempo es una comedia de baja frecuencia, que busca y encuentra un tono sin preocuparse por generar gags. El dilema de la protagonista parece encontrar una posible solución cuando aparece en escena Paul (Felix-Antoine Bénard), un joven víctima de bullying en el colegio que, a la vez, presenta tendencias suicidas.

Al conocer a Sasha, Paul se ofrece como víctima con consentimiento, tal como expresa el título de la película. A todo esto, la protagonista ha sido expulsada momentáneamente de su casa y se encuentra viviendo con su prima, también vampiresa, Denise (Noémie O’Farrell). Sasha y Denise son opuestas. La segunda, más experimentada, es completamente expeditiva a la hora de encontrar alimento. Esto añade aún más presión sobre la joven.

El suicida y la vampiresa

Si bien no es el caso, la película por momentos parece estar basada en un cómic o novela gráfica. A propósito de esto, tiene una estructura similar a la de las viñetas. Esto también se puede ver en algunos rasgos exagerados en los personajes secundarios, como para que rápidamente queden claros cuál es el rol que cumple cada uno. Salvo algún pequeño bache, el film fluye durante sus 90 minutos de duración.

En definitiva, Vampire humaniste… es un debut alentador para Louis-Seize. La película está bien filmada y consigue un nuevo punto de vista con personajes ya muy utilizados como son los vampiros. El buen trabajo de Montpetit y sus rasgos un tanto exóticos también destacan. Ambas generan expectativas positivas con respecto a trabajos futuros.

Afiche de la película (2023)

Se presentó en el último Bafici y está online. Contacto: elgolocine@gmail.com

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