Ferrari (2023) no decide qué es lo que quiere contar

Del director Michael Mann sobre un capítulo trascendente de la vida del piloto y empresario Enzo Ferrari. Los riesgos del automovilismo y una vida personal tumultuosa.

Por Nicolás Bianchi

A los 80 años, el director de The last of the Mohicans (1992) y Heat (1995), entre otras, toma la vida de Enzo Ferrari como tema para una película que estuvo congelada durante décadas. De hecho, el guionista Troy Kennedy Martin falleció en 2009. A su vez, el periodista Brock Yates, en cuyo libro está basado el guión, murió también hace varios años.

En cualquier caso, la historia presenta a Enzo Ferrari (Adam Driver) a mediados de los años 50. La vida del ex piloto y empresario, cuando el film comienza, es un torbellino de problemas. En primer lugar, el hombre sostiene una doble vida matrimonial, ya que está casado con Laura (Penélope Cruz), pero mantiene otro hogar en paralelo con Lina Lardi (Shailene Woodley). Con la primera atraviesa una crisis porque un año atrás falleció su hijo Dino. A su vez, con la segunda también se aproxima a un momento crítico porque el pequeño Piero, fruto de esta relación, debe tomar la confirmación. Entonces, es necesario definir su apellido (¿Lardi o Ferrari?).

El commendatore ajusta los preparativos con uno de sus vehículos

Si el niño usa el apellido Ferrari, Laura se va a terminar enterando de su existencia. A propósito de esto, el matrimonio entre Enzo y Laura es presentado como una relación terminada en cuanto a lo sentimental. La muerte de Dino parece haber sido el último golpe para destruirlos como pareja. Sin embargo, comparten hogar y negocios.

Más allá de todas estas cuestiones personales, Ferrari atraviesa un momento difícil como empresario. Los números no cierran, se requieren victorias en las carreras para vender más autos y hasta se comienza a hablar de una fusión con una compañía más grande como Fiat o Ford. Esta trama comienza con el fallecimiento del piloto Castellotti (Marino Franchitti) en un entrenamiento y continúa con la contratación de Alfonso de Portago (Gabriel Leone) como reemplazo. El objetivo es ganar la Mille Miglia, las mil millas italianas por carreteras abiertas.

Como se puede ver, la película presenta múltiples tramas. Hay un hombre que sostiene dos relaciones en paralelo, una pareja en duelo por la pérdida de un hijo y un relato de estilo deportivo sobre una carrera peligrosa y difícil. Obviamente, el hilo conductor de todo esto es el personaje central, llamado commendatore por empleados, amigos y rivales. Pero estos temas funcionan más en paralelo que en sintonía. Además, la película nunca logra avanzar de manera armoniosa.

Laura vive completamente desahuciada

Por otra parte, hay algunas rarezas con respecto al elenco y las actuaciones. Todos los personajes centrales son italianos, pero en vez de hablar en ese idioma, se expresan en un inglés con acento. Y ni siquiera el mismo acento, porque Penelópe Cruz es española y se nota. Además, Enzo Ferrari, en este momento de su vida, es un hombre de alrededor de 55 años. Por más que lo hayan teñido de blanco, Adam Driver luce más cerca a los 40 años que tiene en la vida real que a la edad del personaje que interpreta. Por último, la película requiere, en algunas secuencias, de efectos especiales por los choques y accidentes de los automóviles durante las carreras. No están para nada bien logrados.

Por el contrario, otros aspectos, como los automóviles y el vestuario son para destacar. En definitiva, se trata de una película dispar, con momentos interesantes e historias atractivas, pero con varios problemas que opacan el resultado final.

Afiche de la película (2023)

Está en Apple TV y se estrena próximamente en Amazon Prime Video. Contacto: elgolocine@gmail.com

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